12 SIGNOS EN LA PUERTA DE LA PURISIMA
el zodiaco, transcurre en 12 segmentos idénticos; estos segmentos han sido identificados con las constelaciones
de estrellas que recorre el sol cada año (Gran diccionario enciclopédico ilustrado, tomo XII, p. 4060). El zodiaco
se fijó hace unos 3000 años, posiblemente en Mesopotamia y de ahí pasó a otras culturas (BECKER, Udo, Enciclopedia
de los símbolos, p. 343).
II. USOS NO CRISTIANOS DEL ZODIACO.
En la antigüedad se creía que los astros (organizados en el zodiaco) influían en el comportamiento de las personas, de los animales y de los seres inorgánicos, como por ejemplo, las piedras, etc. (BECKER, p. 342). Seguir creyendo lo anterior es contrario a la fe cristiana, así nos lo afirma el Catecismo de la Iglesia Católica (No. 2116):
“Todas las formas de adivinación deben rechazarse: (…) prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir. La consulta de horóscopos, la astrología (…) encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de conciliarse los poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios”.III. INTERPRETACIONES CRISTIANAS DEL ZODIACO.
Así como hay un modo equivocado de usar el zodiaco, hay interpretaciones cristianas del mismo:
• las doce secciones del zodiaco han sido identificadas en la Iglesia con los doce profetas o con los doce apóstoles
(BATTISTINI, Matilde, Simboli e allegorie, p. 30);
• también se le ha identificado con la inmutabilidad de Dios frente al paso del tiempo;
• a cada símbolo del zodiaco se le ha dado un significado relacionado con la Escritura, así por ejemplo, el signo del
signo acuario, que se representa con agua, ha sido interpretado como una alusión al bautismo;
• por último, el zodiaco ha sido identificado con el cosmos y así, siguiendo esta interpretación, se le ha colocado en
escenas de la Ascensión del Señor (BECKER, pp. 345-6)
IV. EL ZODIACO EN LA PURÍSIMA.
El Zodiaco es un método antiguo de medir el espacio y el tiempo, en sí no es contrario a la fe; lo que sí es contrario a la fe es relacionarlo con el comportamiento de personas y objetos en el pasado, el presente o el futuro.
Pbro. Lic. José Raúl Mena Seifert
Miembro de la Dimensión de los Bienes Culturales
de la Iglesia Pastoral Siglo XXI, Junio-Octubre de 2011
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